Supongo que todos ustedes habrán visto ya la película "300", ese video clip de dos horas en el que toda la población masculina de los gimnasios del Peloponeso se enfrenta a un ejército de orcos con máscaras dirigidos por la reina del carnaval de Tenerife. Ya saben, el heroico sacrificio de los durísimos espartanos, símbolo de la libertad, de Occidente, de nuestra cultura, de las cañas y las tapas del domingo y en general de todo lo bueno que en el mundo ha sido, en resumen, los “nuestros”, a manos de los corruptos, viciosos, traidores, sometidos y algo equívocos asiáticos, que todo el mundo sabe que de allí viene todo lo malo, como el comunismo, los bazares orientales y Osama Bin Laden.

Desde el punto de vista de un biólogo y un paleontólogo, el hombre es una especie del Reino Animal, del tipo de los Cordados (con médula espinal), subtipo Vertebrados, Clase Mamíferos, Orden Primates, Superfamilia Hominoideos y Familia Homínidos, dentro de la cual encontramos el Género Homo.

Los animales tienen un sistema de necesidades elementales, tales como comer, beber, procrear, etc. y disponen de instintos o comportamientos innatos, que se realizan de un modo idéntico entre todos los miembros de una especie, y su finalidad es sostener al animal en la naturaleza permitiéndole satisfacer eficazmente sus necesidades. De este modo, los animales están perfectamente adaptados a su medio. Por el contrario, los seres humanos, como seres culturales, podemos conseguir conductas aprendidas inteligentemente, una serie de comportamientos que adquirimos con la práctica. Gracias a esta conducta, el ser humano supera el nivel de los instintos y llega a tener deseos.

Ya desde la perspectiva que nos interesa, el producto más evidente de sus manos es la tecnología. Ningún otro animal puede superar al hombre en su nivel tecnológico, como tampoco lo manipula tal y como lo hace el ser humano. De las aves es muy conocida su capacidad para construir nidos en las copas de los árboles, e incluso ciertas clases de insectos como los termes son capaces de excavar galerías en la tierra, los termiteros, aunque sin la posibilidad de levantar construcciones más complejas.

Con el Ministerio de Igualdad y el sistema político actual, sería una temeridad políticamente incorrecta hablar de guerra de sexos, de diferencias entre hombres y mujeres. Pero, ¿es real esta igualdad sexual?. El siguiente artículo pretenderá responder a este tema, con el fin de esclarecer ideas preestablecidas y erróneas sobre ambos sexos.
Una de las primeras pautas de comportamiento que pudiera diferenciarlos es el hecho de que ellas tienen más hormonas para discutir y ellos olvidan antes.
"Hablar contigo es como hablar con una pared", "te acuerdas de todos los trapos sucios". Estas frases muy comunes en las relaciones de pareja tienen una explicación biológica. Sin embargo, hay un momento en que ambos sexos se sienten iguales: cuando están enamorados. En ese momento, la liberación de feniletamina, ligada al placer, nos hace "vivir en una nube". Los hombres reducen su tetosterona y las mujeres aumentan la suya, para estar equilibrados, desactivándose los circuitos cerebrales para sufrir la llamada "ceguera de amor".
Pero, ¿qué sucede cuando una pareja discute?.